Huevos de tortuga
El calor era suficiente para derretir un huevo. Pasaban pájaros que volaban haciendo un gran esfuerzo con las alas para cortar el aire seco. Si mirabas por el espejo retrovisor del vehículo en la calima reflejada en el azogue fantástico un burro llevaba a cuestas una hierática anciana de rostro apergaminado y untado de aceite. La llanura se extendía sin saberse si tenía límite en la línea incierta entre el azul del cielo y la seca tierra confundiéndose con ella. Los arbustos